martes, 28 de junio de 2011

Eduviges Portalet Couturier

Eduviges Portalet
Sierva de Dios



Dios sigue tocando el corazón, sigue llamando discípulos, sigue invitando con el Ven y sígueme, a hombres y mujeres para el anuncio del reino, este tiempo no es la excepción. Invita con corazón libérrimo, según su amor, a los bautizados quienes justificados por la fe y por el bautismo han sido hechos hijos de Dios, quienes participan de la naturaleza divina y son santificados, no por sus obras sino por gracia divina.

Dios mira con particularidad a algunos, los elige para seguir más de cerca a Jesucristo pobre, casto y obediente, para configurarse con él y dar testimonio del reino. El Divino Espíritu llamó a Eduviges Portalet, en pobreza, castidad y obediencia, encendió en su corazón el fuego de su amor para predicar la Verdad y portar la luz, de manera preferente a los cegados por las tinieblas del mundo.

La Iglesia guiada por la luz del Espíritu Santo, nos presenta modelos de santidad, hombres y mujeres que se distinguen por sus virtudes y por su exquisita caridad, quienes son modelos de fe cristiana para que sean venerados e invocados y para que los fieles cristianos, contemplando la vida de quienes con fidelidad han seguido a Cristo, Camino, Verdad y Vida, nos animemos a buscar la Ciudad de la luz sin final, y viviendo nuestra vocación particular, alcancemos la santidad que es la perfecta e íntima unión con Cristo.

La causa de beatificación de la Sierva de Dios Eduviges Portalet, religiosa francesa, Fundadora de la Congregación de Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción fue introducida en Roma en mayo del 2010, por la heroicidad de sus las virtudes cristianas, por la santidad que proclamamos sus hijas Dominicas y todos aquellos que tuvieron la gracia de conocerla.

Su vida fue tallada en el día a día, en su pasión por Jesucristo en la Eucaristía y su pasión por la humanidad carente de luz física, quienes olvidados de la sociedad vivían en oscuridades no solo físicas, sino de fe, de atención, de educación, de amor. La llamamos mujer de luz por que ella transparentó la luz verdadera que es Cristo, y cual vidrio limpio pasó la luz de la verdad a sus pobres ciegos de Toulouse.



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